‘Una mirada hacia la música cubana’ · Recital de Canto y Piano · Judith Pezoa, soprano y Ricardo Francia, piano

When:
junio 11, 2015 @ 8:30 pm – 10:00 pm
2015-06-11T20:30:00+01:00
2015-06-11T22:00:00+01:00
Where:
Paraninfo del Rectorado de la ULPGC
Calle Juan de Quesada
35001 Las Palmas de Gran Canaria, Las Palmas
España
Cost:
Entrada Libre y gratuita (hasta completar aforo)
Contact:
Aula Alfredo Kraus del Vicerrectorado de Cultura de la ULPGC
928 451 027 - 928 451 007

UNA MIRADA HACIA LA MÚSICA CUBANA

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Temática.-

El arte lírico tiene una larga y rica tradición en Cuba, de la cual participan la ópera, la opereta, la zarzuela española y la zarzuela nacional.

Entre 1792 y 1800 la información acerca de representaciones teatrales es harto escasa, aunque no afirma la desaparición del género de la escena entre el final del siglo XVIII y las décadas iniciales del XIX. Sí se conoce de este período la brillante presencia de otro género lírico: la tonadilla escénica.En ese lapso, la zarzuela decayó en España ante el empuje de la ópera, la tonadilla, y otros géneros escénicos. Similar proceso se dio en Cuba, dado su estatus colonial. Durante el auge de la tonadilla en la Isla, de 1790 a 1830, los más de doscientos títulos aparecidos en la prensa coincidían en su mayoría con los más famosos de la península.

La tonadilla comenzó a declinar en España y sobrevino el auge de la zarzuela española. Como consecuencia, desde 1850 hasta las primeras décadas del XX, la zarzuela tomó parte en la vida escénica cubana en espacios diversos: teatros, sociedades y liceos.

Hasta las primeras décadas del XX, la zarzuela española se mantuvo en los escenarios cubanos de todo el país, reveladora de una conexión estrecha con el curso de esta creación en España, en tanto a la par crecía, poco a poco, la presencia de la cubana.

En los géneros cubanos relacionados con la tonadilla, se fue organizando la futura zarzuela cubana. La existencia de un teatro y una música nacionales permitieron su surgimiento. A ella tributaron el sainete musical criollo, iniciado casi con el propio siglo XIX; el desarrollo del teatro musical popular cubano durante el auge del teatro bufo, su renovación a fines de siglo y la reelaboración de tal herencia protagonizada por el Teatro Alambra durante los primeros treinta años del XX.

A este movimiento zarzuelero los estudiosos lo reconocen como «zarzuela cubana de nuevo tipo» o «nueva zarzuela cubana». Entre las características principales de esta expresión se hallan la elaboración lineal de sus argumentos en dos vertientes contextuales: el tratamiento de sucesos del presente o la reconstrucción de determinados acontecimientos y relaciones correspondientes al pasado, remitido generalmente a la vida colonial del siglo XIX.

Algunos especialistas diferencian otras dos variantes genéricas: una, cómica, con libretos eminentemente saineteros, y otra, trágica, marcada por el destino fatal de sus protagonistas, entre los que con frecuencia se halla una mulata de extracción popular, vértice de un triángulo amoroso. Sin embargo, aún en este caso, el elemento cómico está presente. La nueva zarzuela cubana entreteje las tramas dramática y cómica a cargo de los personajes protagónicos y secundarios, respectivamente, y brinda espacio a la reaparición, en esta última, de la célebre tríada bufa formada por el gallego, la mulata y el negrito, acompañados por otros tipos como el guajiro, el chino, el viejo verde, entre otros. Es así como caracteres y situaciones propias del teatro bufo perviven en los más altos exponentes de nuestro teatro lírico.

Los especialistas también hablan de la presencia del lenguaje operístico en la zarzuela cubana en lo referente a los caracteres protagónicos. La elaboración vocal privilegia los personajes femeninos como resultado de la escasez de voces masculinas en las agrupaciones líricas durante la época.

De manera general sobresale el valor de su música, de una calidad muy superior a la de sus libretos, para dar fe de la esencia proteica de sus principales compositores y de la riqueza, variedad rítmica y genérica de la música cubana. Sus partituras recrearon géneros y especies de la música popular, algunos de los cuales se hallaban en decadencia, e incluso, en desuso, como la guaracha, la habanera y la contradanza criolla.

Varias de sus piezas han llegado a ser símbolos identitarios de la música cubana en diversas zonas del planeta. Desde el punto de vista de la creación resulta un género prácticamente extinto luego de la primera mitad del siglo pasado. No obstante, aún se continúan representando, con el decidido respaldo del público, las zarzuelas cubanas de este período cumbre en la historia del género, es por lo que queremos con este concierto hacer un recorrido por los compositores más destacados de la música lírica cubana.

PROGRAMA.-

I PARTE

Eduardo Sánchez de Fuentes (1874-1944)

La volanta

Íntima

Tú (Habanera)

Rodrigo Prats (1909-1980)

Soledad

Espero de ti

Pobre corazón

Gonzalo Roig (1890-1970)

Romanza de Azucena de la Zarzuela El Clarín

Romanza de Cecilia de la Zarzuela Cecilia Valdés

II PARTE

Ernesto Lecuona (1895-1963)

Madrigal

Mi vida eres tú

Canción del amor triste

Canción del Canto Indio

El Faisán

Dónde está el amor

Vals de las sombras

El Ruiseñor

INTÉRPRETES.-

Judith Pezoa (Soprano)

Ricardo Francia (Pianista)