cuando duela el corazón y tu mar, por la sal, seco esté,
solo sonríe;
si se rinde la pasión y en la flor ya no hay color,
no abandones tu verdad, tu sueño,
¡sonríe!
No dejemos para el recuerdo los intentos frustrados de una mañana soleada. Cuando la palabra no logra el objetivo más preciado de la humanidad, que es la paz y la fraternidad entre los hermanos, nos queda la sonrisa del alma: la música, que deja entreabierta la puerta a la esperanza. Nada hay que supere al poder del simple gesto de sonreír. Mañana es demasiado tarde para una sonrisa, porque sonreír es, posiblemente, la manera más poética de combatir la tristeza del mundo.
¡Sonrían!
José Brito (diciembre de 2023)